Estamos a principios del mes de julio, aquí en Florida ya entró el verano y desde mediados de junio han empezado a caer algunas lluvias torrenciales que tanta falta hacían, ha sido una sequía larga y las plantas lo han resentido. Sin ánimo de entrar en polémicas, pues todos sabemos que algunas personas no creen en los cambios climáticos producto del calentamiento global, desde mi perspectiva y experiencia personal algo está pasando con el clima que tiene totalmente descontrolada a la flora y a la fauna. Este año 2017 se ha retrasado un poco el despertar de algunas plantas que duermen durante el invierno, supongo que como las lluvias están atrasadas ellas no estaban listas para retoñar. Los frutales las aprovechan para el crecimiento de sus frutos, así que ya pronto cosecharemos algunos de ellos.

El caso es que ya llegó el calor a Caballo Viejo y a pesar de haber mil y una cosas por hacer, el solazo es inclemente e inmediatamente la fatiga y el calor nos hacen aminorar la marcha, aún así el verano es una temporada muy bonita, todo reverdece, el pasto crece como en ninguna otra época del año, aun hay floración así que algunas plantas nos regalan el colorido de sus flores y hay insectos a diestra y siniestra.

Como les dije, las lluvias también llegaron y con mucha fuerza, es muy relajante asomarse y ver la lluvia caer, los árboles amanecen con sus ramas cubiertas de un helecho verdecito o de musgos, los animalitos están felices, los pájaros se escuchan alegres y ¿cómo no? Si es que la lluvia no solo alimenta todo a su paso sino también es un gran alimento para el alma.

Con el verano llegan las actividades en el patio, parrilladas, piscinadas, los niños pueden hacer deportes, también disfrutamos algunas comidas en el jardín cuando no está lloviendo y el sol no es tan intenso. Tenemos ahora la cancha para jugar a las bolas criollas, un juego tradicional de la familia venezolana.

Nos queda todo el verano por delante, a disfrutar se ha dicho, cada estación trae consigo algo hermoso y un papel que desempeñar en el equilibrio de la naturaleza, así que vivamos agradecidos de cada cosa que ella nos obsequia.