Cada temporada tiene su encanto, aquí en América del Norte está entrando el otoño, ya empieza a soplar la brisa y las hojas se desprenden y bajan con suavidad de los árboles, aunque las estaciones no son muy marcadas aquí en Sanford, Florida, algunas plantas se pintan de tonalidades ocres, naranjas, amarillos, terracotas y sepias. No solo hojas trae la brisa, trae también olores, la temperatura empieza a descender y la naturaleza se prepara para recibir el invierno. El otoño es como un señor elegante que huele a madera dulce, es sobrio y educado, llega con su don de gente a recoger los desastres del verano, a endulzar el sabor cítrico de sus olores y a refrescar el ambiente.
Es una época que envuelve el espíritu de nostalgia, sus tonos, sus aromas, sus tardes oscuras invitan al reposo, al sano ejercicio de pensar, los pensamientos se pierden, se confunden, se enredan, se relajan y se duermen.
Un diván, un libro, una cena caliente, una cobija gruesa, una copa de vino, son excelentes compañeros para una noche otoñal.
Aquí en Caballo Viejo, lo recibimos como se merece, tomando en cuenta el personaje, le damos la bienvenida, tomamos su abrigo, su sombrero y su equipaje y lo instalamos en un sofá frente a la chimenea, en minutos impregna la pequeña casita con su embriagante olor a canela, a clavo dulce, a brandy, a frutas secas.
En un abrir y cerrar de ojos se irá y llegara el invierno, por los momentos, nos dedicaremos a disfrutar de las noches frescas, los aromas profundos, la brisa fría.
Los animalitos aquí, también reciben el otoño con algunos cambios en su comportamiento, nuestro amado Blizzard, la dulce Nevadita y el joven Polar, ya cambian el confort de estar dentro de la casa para disfrutar la deliciosa temperatura ambiental del patio, sus siestas son largas y toman lugares para ver pasar a las personas caminar, trotar, ya sin el ahogo que les produce el calor veraniego. Mis vacas, Dorothy y mi negro, mi Toro Orinoco, se recogen temprano, la oscuridad de la tarde les indica un buen momento para acomodarse en su establo y, ¿por qué no? Quizás también se sientan embriagadas con el otoño, quizás puedan sentir algo de nostalgia por una de las tantas y tantas faenas vividas en su potrero.
Edduin Marcano
• 7 years agoQue bello otoño y narrada por tus pensamientos de momentos vividos espectavulatmente en un ambiente que tanto de fascina y junto a tu bella Familia.. definitivamente No Tiene Precio. Un Abrazo.. tqm. Besos para todos.
Hildamar Camejo
• 7 years agoHola tio querido… muchas gracias por tu comentario, te quiero infinitamente!
Zaida Loaiza
• 6 years agoMe encanta leer lo que escribes, desde aquí me imagino en Caballo Viejo con la cálida atención que se se recibe en tu hogar, imagino las conversaciones en esos hermosos espacios decorados a tu estilo, con un vaso de sabroso líquido para celebrar la fiesta de la vida que nos regala Dios, sencillamente espectacular y especial. gracias por esos momentos.